martes, 3 de enero de 2012

Fases tras el diagnótico de la enfermedad : SEGUNDA FASE: IRA

Cuando no se puede seguir manteniendo la primera fase de negación, el enfermo da paso a una nueva reacción caracterizada por sentimientos de ira, rabia, envidia y resentimiento. Lógicamente, en esta fase, surge la siguiente pregunta: “¿por qué yo?”
En contraste con la fase de negación, esta fase de ira es muy difícil de afrontar para la familia, profesionales de la salud y amigos. Esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones  y se proyecta contra todo lo que rodea al enfermo, a veces casi al azar: los doctores, las enfermeras, los amigos... incluso la familia que les visita es recibida con poco entusiasmo provocando que el encuentro con el enfermo se convierta en algo violento; pero luego el enfermo responde con sentimientos de culpabilidad o vergüenza, con dolor y llanto, o eludiendo futuras visitas, lo cual sólo sirve para aumentar la incomodidad y el disgusto del enfermo.
            El problema está en que pocas personas se ponen en el lugar del enfermo y se preguntan de dónde puede venir su enojo. Tal vez nosotros también nos encontraríamos disgustados si todas nuestras actividades se vieran interrumpidas de pronto, si todos los proyectos que nos habíamos hecho fueran a quedarse sin acabar o fueran a acabarlos otras personas... ¿qué haríamos con nuestra rabia sino descargarla con las personas más cercanas?. El enfermo, pase lo que pase, siempre encontrará motivos para quejarse... alzará la voz, pedirá cosas, se quejará y pedirá que se le atienda, quizá intentando decirnos: “estoy vivo, no os olvidéis de eso. Podéis oir mi voz”
            Un enfermo al que se respete y comprenda, al que se le preste atención y se le dedique un poco de tiempo se sentirá un ser humano valioso del que se preocupan y al que permiten poner en juego todas sus capacidades. Visitarlo y acompañarlo en su proceso será un placer muy agradable y no una obligación; nuestra actitud comprensiva le ayudará que reducir considerablemente esta fase de ira.
La tragedia es que cuando no nos ponemos en el lugar del enfermo por lo que no podemos entender las razones de su enojo, de su ira y nos lo tomamos como algo personal dando lugar a que este reaccione aumentando su conducta y a su vez esto provoca en nosotros una actitud huidiza, tendemos a esquivarlo y a acortar nuestras visitas... es decir, provocamos un círculo vicioso que para nada ayudará al enfermo en el proceso de aceptación y afrontamiento de su enfermedad.
            Tenemos que aprender a escuchar a los enfermos e incluso aceptar su ira racional o irracional ya que el alivio que experimentan al manifestarla les ayudará en su proceso personal. Esto sólo lo podemos hacer cuando hemos afrontado nuestros propios temores con respecto a la enfermedad y a la muerte y hemos adquirido conciencia de nuestras defensas (que pueden estorbarnos a la hora de cuidar al enfermo)
Isabel García Psicóloga.

4 comentarios:

  1. El día del diagnostico 2001 sentí en mi cuerpo la alegría de saber lo que pasaba. Luego los silencios. No quería hablar con nadie del tema. Tenia que pasar el duelo, mi duelo interior. En casa entre muchos libros, había *uno estratégicamente colocado por mi familia hablaba de la ELA. Un día al cabo de mucho tiempo. Lo abrí y no pude para de leerlo. Este relato me
    abrió el corazón, empecé a contar lo que me pasaba y pasaría en mi cuerpo. Enseguida me di cuenta que la gente no sabe escuchar y lo más importante es su resfriado. “La ELA esa gran desconocida” Poco a poco fui escribiendo a revistas locales, a periódicos, sorprendente para mí me publicaron. Sentí una gran satisfacción, contento con la divulgación casi once años después sigo con el empeño. Admiro los eláticos valientes que han grabado y salido en TV. A mi nunca me apeteció este medio lo reúse varias veces. Ahora mantengo activo cuatro blogs, una en castellano me lo leen por todo el mundo. Me doy cuenta que la ELA esta por todos los sitios. Sufridores eláticos cayeron en manos impostoras, se llevaron su dinero y lo que más duele su ilusión. Utilizo silla de ruedas manual desde 2003, electrónica del 2006, esta me proporciono la libertad para salir a pasear y sentirme otro. Ahora paseo con mi silla como el que utiliza gafas “no me doy cuenta” ella es mi libertad y mis piernas. Como veis soy un elático longevo en el tiempo contabilizados 3.890 días del diagnostico, soy un afortunado, lo se, en mi recuerdo los muchos que nos han dejado, los cueles manteníamos e intercambiamos muchos mails, luego el silencio, al final algún familiar te lo comunica. Es terrible la ELA. TERRIBLE. Abrazos para todos los que la sufren y para todos sus familiares. Josep
    *el libro Los Martes con MORRIE de MICH ALBOM

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  2. JOSEP tiene razón la ELA ES TERRIBLE. No conozco personalmente a nadie con ela, pero me comunico a diario con muchos enfermos y pienso que cada caso es un mundo y por mucho que quieran nadie se puede poner en nuestro lugar...

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  3. gracias por compartir vuestras vivencias .Somos pobres en salud pero ricos en sentimientos un abrazo

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  4. Yo estoy cuidando a una persona maravillosa tiene ELA y mi dolor es no poder ayudarle mas.Haria lo que hiciera falta por ayudarle mas Su quejido se me clava en el alma.M. tu sonrisa ilumina la habitacion aunque este a oscuras.Hace dos años que te conozcome has dado una leccion.

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