DIAGNOSTICO
NEUROFISIOLOGICO DE LA ENFERMEDAD DE NEURONA MOTORA
La ELA es
una enfermedad progresiva de las neuronas motoras superior e inferior y es la
forma más frecuente de enfermedad de neurona motora. Las pruebas
neurofisiológicas en la ELA han de guiarse por las manifestaciones clínicas
halladas en la exploración física. Los criterios diagnósticos más sensibles y
específicos para el diagnóstico de la ELA se basan en los criterios revisados
de El Escorial en combinación con las modificaciones de categorías diagnosticas
de Awaji. Los estudios de conducción nerviosa y la electromiografía con aguja
siguen siendo las pruebas diagnósticas más importantes para el diagnóstico de ELA.
Los primeros se utilizan principalmente para descartar otros procesos, y la
segunda para establecer la evidencia de denervación activa o reinervación
crónica extensas.
CARACTERISTICAS CLINICAS
DE LA ESCLEROSIS LATERAL AMIOTROFICA
La
esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurodegenerativa progresiva
de las neuronas motoras superiores e inferiores. Su incidencia global es de 1,5
por 100000, con una proporción varón/mujer de aproximadamente 1.5. Aunque surgen
pacientes ocasionales menores de 25 años, la incidencia aumenta tras los 40
años y no decrece ostensiblemente en la población anciana. Aproximadamente un
10 % de los casos son familiares e incluyen patrones autosómicos recesivos,
ligados al cromosoma x o autosómicos dominantes, siendo el más frecuente el
autosómico dominante. La mutación inicial causante primero descrita era una
mutación puntual en el gen que codifica la enzima SOD1; desde este
descubrimiento en 1993, se han descrito más de 75 mutaciones distintas. Más
recientemente, se ha descrito una expansión repetitiva del marco abierto de
lectura del gen 72 del cromosoma 9 (C9orf72), y probablemente sea la mutación
más frecuente en los casos familiares con o sin demencia frontotemporal. El
restante 90% de casos son esporádicos o idiopáticos.
El único
factor de riesgo es al aumento de edad, muy inespecífico para tener utilidad
clínica. La ELA esporádica se ha relacionado con el tabaquismo, el servicio
militar, el trabajo en la industria y agricultura, o con periodos de ejercicio
muscular intenso, pero no se han establecido una relación causal o un factor de riesgo definitivos. Se han
identificado factores de riesgo genéticos múltiples en la ELA esporádica,
incluyendo la duplicación del gen 1 de la supervivencia de las motoneuronas y
la repetición expansiva del trinucleótido del gen de la ataxina 2. Las
expansiones repetitivas del hexanucleótido del gen C9orf72 no se asocian
solamente a la ELA familiar, sino que se encuentra en aproximadamente un 5 a un
7% de casos aparentemente esporádicos.
Se
desconoce la causa de la ELA esporádica, y muchos de los defectos genéticos
múltiples que causan la ELA lo hacen de una forma aún poco clara. El hecho de
que la mutación de la SOD1 cause la ELA ha planteado la cuestión del papel del
estrés oxidativo en la ELA, ya que la SOD1 es un eliminador ubicuo de radicales
libres en los tejidos neuronales o extraneuronales. Sin embargo, está claro que
las mutaciones de la SOD1 causan la enfermedad a resultas de un aumento de su
actividad tóxica, más que de una reducción de la actividad de la proteína SOD1.
Se ha destacado una disfunción mitocondrial precoz en modelos genéticos, y
posiblemente juegue un papel en la vía de la enfermedad. En varios modelos se
ha demostrado una exotoxicidad por excesiva activación de los receptores de
glutamato, causada al menos en parte por la reducción de la recaptación de
glutamato en áreas cerebrales dañadas por la ELA. Esto provoca un aumento del
calcio intracelular que desencadena un daño mitocondrial y de los ácidos
nucleicos, y finalmente la muerte neuronal. Se ha detectado en anatomía
patológica la deficiente agregación de proteínas, y varias mutaciones causantes,
recientemente descritas en los genes para fusión en sarcoma (FUS), la proteína-43
de unión al DNA TAR (TDP-43) y potencialmente el C9orf72, producen una proteína
anómala que se deposita en el citoplasma de las neuronas motoras. Ya que estos
genes poseen un papel principal en la transferencia del ARN, se ha sugerido
como una causa potencial de ELA el déficit de esta función.
El
riluzol (Rilutek), que reduce la exotoxicidad inducida por el glutamato, es el
único fármaco que ha mostrado incidir sobre el curso de la ELA. La muerte habitualmente
tiene lugar por insuficiencia de la musculatura respiratoria o complicaciones
secundarias a la disfagia, con una supervivencia media desde el momento del
diagnóstico de 3 a 5 años. Aproximadamente el 10% de los pacientes con ELA vivé
más allá de los 10 años, pero son comunes la naturaleza progresiva e
irreversible de la enfermedad, la significativa morbididad y el impacto en la
familia y la sociedad.
La
presentación clínica de la ELA es variada, dado el número de regiones del
cuerpo y el predominio de síntomas y signos de neurona motora superior (NMS) frente
a los de la neurona motora inferior (NMI) que son posibles. Nos referimos a ELA
con afectación de cuatro regiones cuando incluye a neuronas motoras con
distribución bulbar, cervical, torácica o lumbosacra. Una cualidad fundamental
de la ELA es la presencia de hallazgos de NMS y NMI que se extienden sin
remisión para finalmente afectar a múltiples segmentos o regiones, con
frecuencia según un patrón predecible. Los hallazgos de NMS incluyen
espasticidad muscular, definida como un aumento del tono muscular que ofrece
una resistencia al estiramiento y provoca rigidez y lentitud de movimientos con
escasa debilidad, y aumento de los reflejos osteotendinosos. Una característica
curiosa de la disfunción de NMS es la afectación pseudobulbar. Esta se manifiesta
con accesos repentinos de risa o llanto involuntarios excesivos o incongruentes
con el estado de ánimo, causados por pérdida de la inhibición cortical sobre
los centros bulbares que controlan la respiración y la mímica facial asociados
a tales emociones, a través de lesiones corticobulbares bilaterales, o a través
de la interrupción del control corticocerebelar de las expresiones afectivas.
DIAGNOSTICO
NEUROFISIOLOGICO
El
diagnóstico de la ELA es clínico, pero se apoya es los estudios
neurofisiológicos, que pueden ayudar tanto a descartar otros diagnósticos
posibles como mostrar anomalías características en áreas clínicamente no
afectas. Los estudio neurofisiológicos de aplicación habitual, como la
electromiografía con aguja (EMG) y los estudios de conducción nerviosa (VCN)
identifican directamente la patología de la NMI, y en el mejor de los casos
sugieren patología de NMS a través de la observación de una activación
disminuida en el EMG. Tales estudios pueden descartar de entrada otras causas
de síntomas similares (Tabla 1) y descubrir una afectación subclínica de NMI,
todo lo cual puede acelerar el proceso diagnóstico y aumentar la sensibilidad
diagnóstica.
Tabla 1: enfermedades que
se asemejan a la enfermedad de neurona motora
Enfermedad
|
Presentación
|
Características distintivas
|
Papel de los estudios neurofisiológicos
|
Radiculomielopatía cervical
|
Disfunción de NMI en el nivel de la estenosis con
hallazgos de NMS por debajo
|
Cervicalgia y síntomas sensitivos radiculares en los
brazos
|
Ausencia de hallazgos EMG en los músculos bulbares o
paravertebrales torácicos
|
Estenosis cervical y lumbar combinadas
|
Igual que la anterior, con hallazgos de NMI también en miotomos
lumbosacros
|
Cervicalgia y lumbalgia, síntomas radiculares sensitivos en brazos y
piernas
|
Ausencia de hallazgos EMG en los músculos bulbares o paravertebrales
torácicos
|
Síndrome de fasciculaciones benignas
|
Fasciculaciones abundantes, difusas o localizadas;
calambres
|
Exploración neurológica normal
|
No otros hallazgos EMG excepto potenciales de
fasciculación
|
Neuropatía motora multifocal con bloqueos de la
conducción
|
Debilidad en las extremidades de NMI, habitual en las superiores
|
Exploración neurológica normal
|
Bloqueos de conducción en lugares exentos de atrapamientos
|
Miopatías inflamatorias
|
Debilidad en las extremidades de NMI; disfagia
|
Miositis con cuerpos de inclusión: debilidad de flexor de
los dedos, cuádriceps
Polimiositis o dermatomiositis: debilidad muscular
proximal
|
Potenciales de fibrilación/ondas agudas positivas;
potenciales de unidad motora de duración y amplitud pequeñas y ocasionalmente
neuropáticos (sólo en la de cuerpos de inclusión) con reclutamiento normal
|
La
revisión de los criterios diagnósticos de la ELA ilustra la importancia de
hacer patente una pérdida subclínica de NMI con los estudios neurofisiológicos,
particularmente con la EMG. Los criterios neurológicos de la Federación Mundial de El Escorial, propuestos
al por primera vez en 1994 y revisados en el 2000 (tablas 2 y 3) se encuentran
aún vigentes, con dos modificaciones fundamentales propuestas en diciembre de
2006 durante una reunión de consenso en Awaji-shima, Japón, patrocinada por la
Federación Internacional de Neurofisiología
Clínica.
Tabla 2: Principios
diagnósticos de los criterios revisados de El Escorial
Presencia
|
Ausencia
|
Evidencia de degeneración de NMI en los exámenes
clínicos, neurofisiológicos o neuropatológicos
|
Evidencia neurofisiológica o patológica de otra
enfermedad que pueda explicar los signos de degeneración de NMI o de NMS
|
Evidencia de disfunción de NMS en la exploración clínica
|
Evidencia de otra enfermedad por neuroimagen que pueda explicar los
signos clínicos o neurofisiológicos observados
|
Extensión progresiva de los síntomas o signos dentro de
una región o a otras regiones, ya sea
en la historia, en la exploración física o en las pruebas neurofisiológicas
|
Tabla 3: Categorías diagnósticas en los criterios revisados
de El Escorial
Categoría de ELA
|
Hallazgos de NMS regiones con exploración física
|
Hallazgos de NMI regiones con exploración física
|
Otros tests
|
Clínicamente definida
|
3
|
+ 3
|
|
Clínicamente probable
|
2
Algunos signos de NMS rostrales a los signos de NMI
|
+ 2
|
|
Clínicamente probable en base a pruebas complementarias
|
1
Al menos 1
|
+ 1
Ó 0
+
|
+ Denervación +
aguda o crónica en dos extremidades al menos en EMG
|
Clínicamente posible
|
1
Al menos 2
|
+ 1
Ó 0
|
|
Definida familiar en base al laboratorio
|
1
|
+ 1
|
+ Mutación genética documentada
|
La
utilización de la EMG para revelar una disfunción subclínica de NMI en forma de
denervación activa con reinervación compensatoria crónica en el mismo músculo
puede cambiar el diagnóstico de ELA desde el grado de “ELA Posible” a “ELA Clínicamente
Probable en Base a Pruebas Complementarias”.
Una limitación de los criterios de El Escorial revisados es que no es
suficiente demostrar disfunción de NMI sólo con EMG en una extremidad, sino que
la categoría de “ELA Clínicamente Probable en base a Pruebas Complementarias”
requiere la demostración de disfunción de NMI con el examen físico. Otra
limitación es que los criterios de El Escorial restringen la evidencia EMG de
denervación aguda a los potenciales de fibrilación o a las ondas agudas
positivas, que pueden no ser demostrables en la musculatura bulbar y en
aquéllos músculos con trofismo y fuerza normales. Estas limitaciones han
contribuido al hecho de que el 22% de los pacientes mueren por ELA sin que se
les haya asignado un nivel de certeza acerca de la enfermedad más allá del
nivel de “ELA Clínicamente Posible”.
Para
aumentar la sensibilidad al detectar un diagnóstico probable o definitivo de
ELA, se han propuesto recientemente los criterios de Awaji (Tabla 4). Usando
estos criterios, los hallazgos EMG de disfunción de NMI, específicamente a la
denervación activa con reinervación crónica en un músculo, se le asigna una
significación diagnóstica equivalente a los hallazgos de disfunción de NMI en
la exploración física. Ello elimina la necesidad de la categoría de “ELA
Probable Basada en Exámenes Complementarios” y se basa en la observación de que
la EMG es una extensión de la exploración física para detectar características
de denervación o reinervación.
Tabla 4: Modificaciones de
Awaji de las categorías diagnósticas de los criterios revisados de El Escorial
Categoría de ELA
|
Hallazgos de NMS
Regiones a
En la exploración
física
|
Hallazgos de NMI
regiones a en la exploración física o neurofisiología b
|
Tests adicionales
|
|||
Clínicamente
definida
|
3
|
+
|
3
|
|||
Clínicamente
probable
|
2
Algunos signos de NMS rostrales a la NMI
|
+
|
2
|
|||
Clínicamente posible
|
1
Al menos 2
|
+
+
|
1
0
|
|||
Familiar definida
por laboratorio
|
1
|
+
|
1
|
+
|
Documentada genéticamente
|
|
a son craneobulbar, cervical, torácica y lumbosacra
b exámenes
neurofisiológicos:
§ Evidencia de denervación aguda en forma de potenciales
de fibrilación y ondas agudas positivas
Y
§ Evidencia de reinervación crónica en forma de
potenciales de unidad motora voluntarios o aumento de amplitud, duración o
polifasia, que puede mostrar un reclutamiento disminuido (si hay una disfunción
añadida de NMS, puede no ser clara la disminución de reclutamiento)
O
§ Evidencia de reinervación crónica igual que la
anterior, con evidencia de denervación aguda en forma de potenciales de
fasciculación, preferiblemente de morfología compleja, o inestabilidad cuando
se estudian con un filtro para altos y un retraso de disparo del barrido, lo
cual sugiere su origen a partir de unidades motoras reinervadas.
Aunque no
se han sugerido cambios sobre los principios generales de los criterios de El
Escorial (ver Tabla 2), los criterios de Awaji estipulan que las categorías
diagnósticas de ELA deberían definirse por la evidencia clínica o
neurofisiológica de disfunción de NMI, y disfunción de NMS, en determinado
número de regiones. Específicamente, esto significa que al utilizar los
criterios de Awaji, los músculos individuales que muestran denervación activa y
crónica con reinervación se pueden usar neurofisiológicamente para ayudar al
diagnóstico de ELA en conjunción con la exploración física, obviando la
necesidad de demostrar cambios en la EMG con aguja en el total de una
extremidad. Otro cambio más a partir de los criterios revisados de El Escorial
es que usando los criterios de Awaji, en presencia de hallazgos neurogénicos
crónicos en la EMG de un paciente con historia sugerente de ELA, los
potenciales de fasciculación equivalen a los potenciales de fibrilación y ondas
agudas positivas para denotar denervación aguda, especialmente si los
potenciales de fasciculación son inestables o de morfología compleja. Los
estudios que evalúan la utilidad de los criterios de Awaji comparados con los
criterios revisados de El Escorial para el diagnóstico de ELA sugieren una
mejoría de la sensibilidad del 28 al 61% sin modificaciones en la
especificidad, que permanece en el 96%.
El
diagnóstico neurofisiológico de la ELA comienza con la identificación de una
historia y un examen físico que sugieren la enfermedad. El papel de los
estudios de conducción nerviosa es el de ayudar a descartar otras causas de
síntomas similares, tal y como requieren los principios generales de los criterios
de El Escorial revisados y mejorados por los de Awaji. El papel de la
electromiografía con aguja es el de establecer denervación aguda concomitante y
reinervación crónica compensatoria en regiones específicas, de acuerdo a las
especificaciones basadas en las modificaciones de Awaji.
ESTUDIOS DE LA CONDUCCIÓN NERVIOSA
Dado que
la patología fundamental de la enfermedad es la pérdida de neuronas motoras
seguida de una degeneración axonal retrógrada con reinervación, las
características que no se encuentran en los estudios de conducción nerviosa en
el caso de ELA son:
·
Evidencia
de desmielinización o de bloqueos de conducción en los nervios motores. La
evidencia de desmielinización sugiere patología del axón mielinizado en lugar
de la neurona motora. La desmielinización se caracteriza por latencias distales
prolongadas o enlentecimiento de la velocidad de conducción, con la advertencia
de que la pérdida de axones motores más gruesos y rápidos puede causar una leve
prolongación de la latencia distal (aunque no más de un 130% sobre el límite
superior de la normalidad) o de un leve enlentecimiento de la velocidad de
conducción (pero no menos del 75% por debajo del límite inferior de la
normalidad). El bloqueo de conducción de los nervios motores en áreas no
asociadas a atrapamientos, con normalidad de los nervios sensitivos, sugiere
neuropatía motora multifocal con bloqueos de conducción, una neuropatía
desmielinizante de origen inmune que responde a las inmunoglobulinas
intravenosas. El bloqueo de la conducción, que se distingue de la dispersión
temporal normal, se define como una caída del área del potencial de acción
muscular compuesto mayor del 50% entre sitios de estimulación proximales y
distales.
·
Anomalías
de la conducción nerviosa sensitiva. Los nervios sensitivos típicamente no se
afectan en la ELA. Las anomalías de la conducción nerviosa sensitiva en un
paciente con enfermedad de neurona motora sugieren un diagnóstico de atrofia
muscular bulboespinal ligada al cromosoma X, también denominada enfermedad de
Kennedy. La enfermedad de Kennedy es una forma lentamente progresiva de la atrofia muscular espinal, encontrándose
en varones en la tercera a quinta década de sus vidas con degeneración de
neurona motora inferior en la musculatura bulbar y proximal de las
extremidades. A diferencia de otras enfermedades de la neurona motora, la
enfermedad de Kennedy se asocia a potenciales de acción nerviosa sensitivos de
baja amplitud o ausentes causados por degeneración de los ganglios de raíces
dorsales. Las anomalías de los potenciales sensitivos también deberían de
llevar a considerar otros diagnósticos, incluyendo plexopatías, y neuropatías
periféricas y neuropatías con atrapamientos múltiples. También es posible que
un paciente de ELA sufra una neuropatía periférica o por atrapamiento sin
relación con la enfermedad.
Características
de los estudios de conducción nerviosa consistentes con ELA:
·
Amplitudes
motoras normales o disminuidas. La reducción de amplitudes motoras refleja la
pérdida axonal, pero no distingue entre lesiones de la neurona motora, raíces
nerviosas, plexo o nervio periférico. La pérdida de neuronas más rápidas de
mayor diámetro puede causar una prolongación de la latencia distal hasta pero
no mayor del 130% del límite superior de la normalidad, o una disminución de la
velocidad de conducción no menor del 75% del límite inferior de la normalidad.
·
Amplitudes
normales de los potenciales de acción nerviosa sensitivos. Aunque de esperar en
la ELA, esto también puede suceder en radiculopatías cervicales o lumbares,
dado que estas lesiones son proximales a los ganglios dorsales.
·
Latencias
de las ondas F normales. Las ondas F, que representan la estimulación
antidrómica del 1 al 5% de las neuronas motoras en el asta anterior de la
médula espinal, suelen ser normales en el inicio del curso de la ELA. Con la
progresión de la enfermedad y la pérdida de neuronas motoras del asta anterior,
pueden verse anomalías de las respuestas F. La falta de persistencia, definida
como menos del 50% de ondas F obtenidas por número de estímulos, y la
repetición de morfologías F similares por la estimulación de las mismas
unidades motoras, reflejan el remanente disminuido de unidades motoras por la
pérdida de neuronas motoras. Si se pierden las unidades motoras más grandes y
rápidas, la latencia de la respuesta F puede encontrarse ligeramente
prolongada. Las anomalías de las respuestas F en realidad son más probables en
las radiculopatías que en la enfermedad de neurona motora, aunque no se puede
utilizar para distinguir ambas entre sí.
RECOMENDACIONES PARA
LOS ESTUDIOS DE CONDUCCIÓN NERVIOSA
Como
mínimo, los estudios de conducción nerviosa de un paciente con sospecha de ELA
deberían de incluir el examen de al menos un nervio motor con estudio de
respuesta F y un nervio sensitivo en una extremidad superior y una inferior en
el lado más sintomático. Si la sospecha de neuropatía multifocal motora con
bloqueos de conducción es alta, deberían de estudiarse múltiples nervios en la
extremidad superior e inferior, con estimulación tan proximal como sea posible.
ELECTROMIOGRAFIA CON
AGUJA
La
característica típica de la ELA con la EMG es la pérdida activa y crónica de
neuronas motoras inferiores que inervan músculos con inervación de múltiples
raíces y extendida desde una región inicial a otras regiones. Aunque los
estudios de conducción nerviosa se utilizan en primer término para descartar
otras causas con similares síntomas, como radiculopatías y neuropatías, la EMG
con aguja es necesaria de primera mano para establecer la evidencia de
denervación en curso y reinervación crónica compensatoria. La exploración
neurofisiológica es particularmente útil para descubrir una evidencia
subclínica en este proceso, por lo que la EMG con aguja no debería limitarse al
examen de músculos o regiones en las que la disfunción de neurona motora
inferior es clínicamente aparente.
La
evidencia de denervación aguda en la ELA a través de la EMG con aguja incluye:
·
Fibrilaciones
y ondas agudas positivas. En la ELA, estas ondas reflejan la despolarización
espontánea de una fibra muscular desnervada en reposo. Aunque son patológicas,
pueden observarse en otras condiciones de denervación, como las radiculopatías
o neuropatías axonales, y en miopatías en las que sucede necrosis muscular,
como en las polimiositis.
·
Potenciales
de fasciculación. Estos potenciales reflejan las descargas espontáneas e
involuntarias de una unidad motora única, y como tales pueden surgir de la neurona
motora o de su axón, y se consideran como el signo principal de la ELA. Sin
embargo, pueden constituir un hallazgo benigno en músculos normales, en el
contexto de un examen neurológico normal de rutina, y sin otros hallazgos que
sugieran denervación aguda o crónica en el EMG, como en el caso del síndrome de
fasciculaciones benignas. Desafortunadamente, no hay una forma definitiva de
distinguir entre potenciales de fasciculación benignos o patológicos. Sin
embargo, los potenciales de fasciculación patológicos suelen presentar una
frecuencia de activación más regular, y una morfología de los potenciales de
unidad motora caracterizados por aumento de amplitud, polifasia y duración. Los
potenciales de fasciculación patológicos
también suelen ser complejos e inestables, con picos que aparecen y
desaparecen durante la observación continua. Las descargas acopladas que
aparecen a más de 10 milisegundos tras la descarga inicial son también
sospechosos de un proceso patológico. Como tales, estos complejos y los
potenciales de fasciculación inestables tienen igual peso como signos de
denervación que los potenciales de fibrilación o las ondas agudas positivas
cuando se observan en el contexto de cambios neurogénicos crónicos en la EMG,
en los criterios modificados de Awaji para el diagnóstico de la ELA.
Evidencias
de denervación crónica en la ELA en la EMG con aguja: incluyen los siguientes
cambios morfológicos en los potenciales de unidad motora:
·
Aumento
de duración. El aumento de duración se debe al proceso de reinervación por
ramificaciones axonales colaterales, ya que la duración refleja el número de
fibras musculares dentro de la unidad motora, que aumenta a medida que las
unidades motoras con axones intactos reinervan fibras musculares adyacentes de
una unidad motora denervada.
·
Aumento
de polifasia. Los potenciales de unidad motora suelen ser polifásicos en la
ELA, aunque en procesos de progresión muy lenta, pueden ser escasamente
frecuentes. La polifasia se define como más de cuatro fases en un potencial de
unidad motora y puede tener lugar como hecho normal en hasta un 10% de los
potenciales de unidad motora en un músculo determinado, y hasta el 25% en el
deltoides. La polifasia más allá de este rango normal es un signo de asincronía
de los disparos de las fibras musculares de una unidad motora, reflejando el
proceso de reinervación a través de ramificaciones colaterales a partir de
axones normales adyacentes tras la denervación de una unidad motora.
·
Aumento
de amplitud. La amplitud aumenta en un músculo crónicamente reinervado debido a
la expansión del territorio de la unidad motora. Dependiendo de la proporción
de progresión del proceso de la enfermedad, se pueden ver también potenciales
de unidad motora anormalmente pequeños, lo cual refleja la incapacidad de
axones individuales de soportar un número normal de ramificaciones nerviosas.
Esto suele ser un reflejo de la enfermedad del axón justo antes de la muerte de
la neurona asociada.
·
Disminución
de reclutamiento. La disminución de reclutamiento de las unidades motoras
refleja la pérdida de potenciales de unidad motora y manifiesta un disparo
incrementado de un número inapropiadamente bajo de potenciales de unidad motora
cuando el músculo es obligado a generar una mayor fuerza de contracción. Con la
pérdida de neuronas motoras, una observación frecuente es que se aprecia un
número reducido de unidades motoras de frecuencia rápida de disparo cuando el
sujeto ejerce un esfuerzo máximo o casi máximo. La disminución del
reclutamiento de unidades motoras suele ser un indicador precoz y sensible de
las anomalías de neurona motora inferior.
·
Inestabilidad
de los potenciales de unidad motora. Esto suele reflejar la pérdida rápida de
unidades motoras y no siempre se observa. Puede reflejar un proceso más
agresivo. La inestabilidad de los potenciales de unidad motora se observa
subjetivamente cuando un potencial de unidad motora activado voluntariamente
cambia en relación al número de picos o en la amplitud de picos individuales de
potencial a potencial. Esto puede caracterizarse más objetivamente midiendo el
jitter y el bloqueo de potenciales de unidad motora con un retraso del inicio
de la línea de barrido. La inestabilidad del potencial de unidad motora, aunque
frecuente, no es específica del diagnóstico de ELA.
RECOMENDACIONES PARA
EL EXAMEN MEDIANTE ELECTROMIOGRAFÍA CON AGUJA
Como
mínimo, es estudio de electromiografía con aguja de un paciente con sospecha de
ELA debería de incluir el examen de al menos tres extremidades, escogiendo
músculos inervados por al menos dos raíces nerviosas distintas, y nervios
periféricos y músculos distales y proximales. Adicionalmente, se debería
examinar al menos un músculo bulbar, tal como un músculo facial, el masetero o
la lengua. Finalmente, la electromiografía con aguja debería realizarse en al
menos dos músculos paravertebrales torácicos.
OTROS ESTUDIOS
NEUROFISIOLÓGICOS
La
estimación del número de unidades motoras (MUNE), una técnica sensible para
identificar la pérdida de neuronas motoras inferiores, particularmente antes
del inicio de la debilidad clínica, no suele realizarse de rutina y se utiliza
fundamentalmente el en ámbito de la investigación. Puede usarse como un
marcador de la progresión de la ELA, ya que puede relacionarse con el
pronóstico, especialmente el de supervivencia. Una técnica recientemente
descrita estandarizada para MUNE incremental en múltiples puntos genera unos
datos muy reproducibles, y puede realizarse con equipos básicos de
neurofisiología con mínimas molestias para el paciente a través del uso de
bajas intensidades de estímulos. Cuando se estudia en porcentajes sobre una
línea base, esta medición del deterioro en la ELA puede compararse
favorablemente con la escala de esclerosis lateral amiotrófica revisada.
La
estimulación magnética transcraneal examina fisiológicamente la neurona motora
superior. Un pulso magnético corto se administra a la corteza motora, lo cual
induce una corriente eléctrica capaz de excitar las neuronas corticomotoras o
las interneuronas. La activación de estas células crea una descarga motora
registrable en las extremidades como un potencial evocado motor. El tiempo de
conducción central se deriva de sustraer el tiempo de conducción periférica de
la latencia total de la respuesta. La prolongación del mismo puede reflejar una
pérdida de axones corticoespinales. El tiempo de conducción periférica puede
estimarse usando las respuestas F, o medirse directamente estimulando las
raíces anteriores en su origen mediante el estimulador magnético. Se pueden
realizar estudios similares usando la estimulación eléctrica de rutina, pero
requiere el uso de electrodos de aguja colocados cerca de las raíces y este
procedimiento es molesto para el paciente. Otro parámetro de la estimulación
magnética transcraneal que se asocia con la ELA es el acortamiento del periodo
silente cortical recogido de un músculo durante la contracción voluntaria. La
duración del periodo silente cortical se evoca pidiéndole al sujeto que
contraiga tónicamente el músculo a registrar. La estimulación del córtex motor
induce un periodo de supresión de la contracción tónica conocido como periodo
silente cortical. Esta es una función de las interneuronas inhibitorias
corticales activadas durante la contracción voluntaria. La inhibición cortical
reducida se ha descrito también en la ELA, medida mediante dos estímulos
magnéticos pareados a varias latencias y observando la inhibición de la segunda
respuesta por la primera en función del tiempo mediado entre los dos estímulos.
La
estimulación magnética transcraneal puede usarse para medir la inhibición
intracortical de intervalo corto y muestra una reducción en la ELA, sugiriendo
una hiperexcitabilidad cortical por la disfunción de los canales iónicos. La
inhibición intracortical de intervalo corto es el aumento de estímulo magnético
necesario para generar un potencial evocado motor constante, cuando un estímulo
condicionado representante de un porcentaje elegido del umbral motor de reposo
es aplicado por primera vez. La reducción de la inhibición intracortical de
intervalo corto a través de una variedad de estímulos subumbrales se
correlaciona con las reducciones del umbral motor de reposo y el aumento de la
relación potencial evocado motor/potencial compuesto motor, sugiriendo que la disminución
de la red inhibitoria cortical que resulta en una hiperexcitabilidad cortical
está mediada a través de la reducción de las interneuronas inhibitorias
corticales y la excesiva excitación cortical.
Las
técnicas de umbral en trenes son aplicables al estudio de la neurona motora
inferior en la ELA. Se elige un criterio de respuesta para un nervio mixto, tal
como el porcentaje de la respuesta motora máxima. Entonces la intensidad de
estímulo requerida para mantener tal criterio de respuesta se mide mientras se
varía la duración del estímulo (relación fuerza – duración) o antes o después
de administrar un estímulo condicionante hiperpolarizante o despolarizante bajo
el umbral de activación (adición latente si el estímulo condicionante es breve,
y electrotono de umbral si es prolongado). Las diferencias en la excitabilidad
de la membrana axonal observada con el tren de umbrales reflejan los procesos
nodales e internodales a través de los canales iónicos. Las constantes de
tiempo prolongadas de fuerza – duración y la adición latente reflejan una conductancia
persistente del canal del sodio, mientras que el umbral de electrotono
proporciona información sobre los procesos internodales, tales como la
reducción de la conducción rápida del potasio. La hiperexcitabilidad de la
neurona motora inferior puede apreciarse con las técnicas de trenes de umbral
antes de las manifestaciones clínicas de actividad axonal espontánea, tales
como fasciculaciones. En la actualidad, los trenes de umbral suponen una
herramienta de investigación de los mecanismos básicos de hiperexcitabilidad en
la ELA, y por tanto, de dianas terapéuticas. No son suficientemente específicas
para contribuir al diagnóstico, y no se han estudiado en relación a la tasa de
progresión, aunque el aumento de la constante de tiempo fuerza-duración y la
adición latente se han relacionado con una supervivencia disminuida en la ELA.
RESUMEN
La
ELA es una enfermedad diagnosticada principalmente en base a la clínica, ya que
no se han identificado con claridad anomalías específicas en neuroimagen o de
otros marcadores. La neurofisiología clínica, como extensión de la exploración
neurológica, ha demostrado su utilidad para ayudar a establecer un diagnóstico,
eliminando posibles enfermedades que mimetizan la ELA y proporcionando
evidencia de anomalías en regiones corporales que puedan estar aún clínicamente
no afectas. El diagnóstico neurofisiológico empieza por entender las
características clínicas de la enfermedad, ya que la correlación clínica es
importante para una interpretación precisa de los hallazgos neurofisiológicos.
Para mejorar la sensibilidad de la evaluación neurofisiológica, se han
propuesto los criterios de Awaji como una modificación de los criterios de El
Escorial revisados, lo cual es comúnmente aceptado como estándar de oro para el
diagnóstico de la ELA. Los criterios de Awaji incorporan hallazgos de la EMG
con aguja de denervación en curso y reinervación en curso en las neuronas motoras
inferiores en forma similar a los criterios del El Escorial, pero asignan una
mayor importancia a la presencia de potenciales de fasciculación. Los estudios
de conducción nerviosa se utilizan principalmente para descartar otras enfermedades
que puedan simular una ELA, como la neuropatía motora multifocal. Aunque se han
desarrollado técnicas para evaluar anomalías de las neuronas corticomotoras y
para cuantificar la pérdida de neuronas motoras inferiores, siguen siendo
herramientas de investigación y no han influenciado la práctica clínica.
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